No dejan de asombrar las cosas que se suceden en Colombia. En cualquier otro país del mundo, ya no existiera fiscal general de la nación. La vía más fácil para ello hubiera sido la renuncia del funcionario. Es la primacía del respeto hacia una institución democrática por encima de los intereses personales del funcionario o de los sectores políticos que la sostienen.
En estos casos, no seria necesario acudir a la reforma constitucional para sostener un fiscal con tamaño escandalo como el que enfrenta la Doctora Viviane Morales, aunque no habrán quienes lo propongan. Tampoco seria necesario forzar la interpretación de cualquier ley para acomodar políticamente a la Fiscal General en el cargo durante el resto del periodo para la cual fue designada.
Claro que en el caso especifico de Colombia todo es posible. Habría que esperar el costo político que supondría una negociación, que en sentido estricto solo conllevaría a afectar el valor justicia difundido desde nuestra Constitución.
Lo primero que escuchamos fue la izquierda colombiana, siempre culpan al "imperio" o a "la extrema derecha" de todo, señalando a "los uribistas" de atacar a la funcionaria por supuesto motivos políticos.
Luego el presidente Juan Manuel Santos respaldando a la funcionaria junto con algunos otros partidos políticos.
Mientras tanto nosotros los colombianos esperamos el desarrollo del episodio novelesco con las siguientes conclusiones:
No debe ser lo mismo que un Ministro de Justicia se case con la hermana de un extraditable a que lo haga el suscrito. Como funcionario público le asisten responsabilidades constitucionales que podrían quedar entre dichas con tal acción.
Gobiernos como el propuesto por nuestro presidente Juan Manuel Santos son peligrosos para democracias que, como la colombiana, día se fortalecen en el debate político. Con el gran gobierno de unidad se desdibujan los partidos políticos minando la oposición y esto debilita nuestra democracia.
¿Donde están los partidos y grupos políticos con presencia en el Congreso de la República, los llamados a enriquecer el debate? Podría pensarse que se encuentran en el disfrute de la sombra que produce una parte burocrática del Estado.
Lo cierto es que la discusión política en esta ocasión se inicia, desarrolla y sostiene desde los medios de comunicación por lo que creo que, ante la falta de una oposición partidaria, se requiere del pronunciamiento de toda la base social de la que no quedan excluidos Los colombianos residentes en el exterior.
DARÍO ENRIQUE MARTÍNEZ MARRUGO
Chicago, 22 de diciembre de 2011.
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